NUEVAS FORMAS DE VIOLACIÓN
En mayo, la persona tras el nick LucySoto fue detenida gracias a la denuncia de Bea y otras de sus víctimas. Resultó ser M. A. S. Q., un limeño (Perú) de 32 años al que se acusa de robo de contraseñas, coacciones y abusos sexuales. Según fuentes de la operación, el presunto acosador guardaba 741 direcciones de correo electrónico, y sus respectivas contraseñas, de chicas de entre 8 y 14 años. Todas organizadas por nacionalidades. argentinas, canadienses, chinas, colombianas, ecuatorianas, mexicanas… Ocho de las víctimas son menores españolas, aunque la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía sólo ha podido localizar a cinco por ahora. M. A. S. Q. había conseguido grabar al menos 86 vídeos de adolescentes en actitudes eróticas. Para aumentar el realismo de su personaje, sincronizaba sus conversaciones con un vídeo en el que se veía a una menor escribiendo ante el ordenador, como si estuviese delante de una web cam; hacía creer a las niñas que estaban hablando con otra chica de su edad. Y bajaban la guardia.
En su oficina, repleta de discos duros y pilas de CD con fotos y vídeos de pornografía infantil, Luis García Pascual –jefe del grupo de Protección de Menores de la BIT– se muestra abrumado por la facilidad con que los abusadores se mueven por Internet: ni la web cam virtual ni el virus que usaba M. A. S. Q. son ciencia ficción. “Mira”, dice girándose hacia su ordenador. Teclea en el buscador Google el nombre de ambas técnicas y al instante aparecen millones de resultados.
Hay muchos otros LucySoto. En verano, los Mossos d’Esquadra detuvieron a David M. F., un valenciano de 21 años, y Máximo G. G., asturiano de 41, acusados de haber simulado ser niños para obtener imágenes pornográficas de menores. La operación arrancó con la denuncia de un padre de Sabadell (Barcelona) que descubrió que su hijo había sido víctima de, al menos, dos casos de grooming. Juan Salom, jefe de la Brigada de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil, que colaboró en el caso, explica que es imposible saber a cuántos chavales les ha pasado. “Al analizar el ordenador de un detenido solemos encontrar cientos de direcciones del tipo Lucia13, Isabel93 o Elisa14. Y de ahí nacen nuevas investigaciones. Lo habitual es que el menor no lo cuente o lo niegue por miedo al castigo o por vergüenza”.
En su oficina, repleta de discos duros y pilas de CD con fotos y vídeos de pornografía infantil, Luis García Pascual –jefe del grupo de Protección de Menores de la BIT– se muestra abrumado por la facilidad con que los abusadores se mueven por Internet: ni la web cam virtual ni el virus que usaba M. A. S. Q. son ciencia ficción. “Mira”, dice girándose hacia su ordenador. Teclea en el buscador Google el nombre de ambas técnicas y al instante aparecen millones de resultados.
Hay muchos otros LucySoto. En verano, los Mossos d’Esquadra detuvieron a David M. F., un valenciano de 21 años, y Máximo G. G., asturiano de 41, acusados de haber simulado ser niños para obtener imágenes pornográficas de menores. La operación arrancó con la denuncia de un padre de Sabadell (Barcelona) que descubrió que su hijo había sido víctima de, al menos, dos casos de grooming. Juan Salom, jefe de la Brigada de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil, que colaboró en el caso, explica que es imposible saber a cuántos chavales les ha pasado. “Al analizar el ordenador de un detenido solemos encontrar cientos de direcciones del tipo Lucia13, Isabel93 o Elisa14. Y de ahí nacen nuevas investigaciones. Lo habitual es que el menor no lo cuente o lo niegue por miedo al castigo o por vergüenza”.
Julia –nombre supuesto–, una niña de 11 años de origen colombiano, se lo ocultó a su familia durante casi un año. Fue su hermana mayor quien la sorprendió delante de la web cam, posando a las órdenes de alguien al otro lado del Messenger. Alguien que decía ser una adolescente. Que le había enviado un correo electrónico simpático con virus incorporado. Las primeras imágenes de Julia que obtuvo quien estuviera al otro lado ni siquiera eran comprometedoras, pero le bastaron. Con ayuda de un videomontaje unió el rostro de Julia al cuerpo de una niña desnuda. Y la amenazó con difundirla entre sus amigas. A menos que… Y así obtuvo los favores de la menor.
Cómo evitar el ‘grooming’
Deténgase en estas lineas. Estos 10 consejos pueden evitar que su hijo sea víctima de un abuso sexual a través de Internet.
1. Involúcrese y aprenda a manejar las nuevas tecnologías. Le ayudará a saber qué hace su hijo cuando está conectado y los posibles riesgos a los que se enfrenta.
2. Enseñe a su hijo a ignorar el spam y a no abrir archivos que procedan de personas que no conozca personalmente o sean de su confianza. Explíquele que existen programas capaces de descifrar nuestras claves de acceso al correo electrónico.
3. Sitúe el ordenador de la casa en una habitación de uso común, donde pueda tenerlo controlado. Evite, en lo posible, colocarlo en el dormitorio de sus hijos.
4. No instale una web cam en el ordenador. O si lo hace, procure restringir su uso me¬¬diante una clave de seguridad que sólo usted conozca.
5. Hable con su hijo sobre qué hace cuando navega por Internet: qué páginas visita, con quién habla y sobre qué.
6. Insístale en que no debe revelar datos personales a gente que haya conocido a través de chats, Messenger, MySpace… Y pregúntele periódicamente por los contactos que va agregando a su cuenta de Messenger u otro tipo de mensajería instantánea. ¿Quiénes son? ¿Dónde los ha cono¬¬cido?
7. Explíquele que nunca ha de mandar fotos ni vídeos suyos ni de sus amigos a desconocidos.
8. Háblele de los riesgos de Internet. Que sea un mundo virtual no quiere decir que no pueda acabar afectándole. Con apagar el ordenador a veces no es suficiente.
9. Si nota que su hijo se comporta de forma extraña –le nota ausente, preocupado, pasa muchas horas conectado–, puede ayudarle este libro: Técnicas de hacker para padres. Cómo controlar lo que hace tu hijo por el ordenador (Creaciones Copy¬right), de Mar Monsoriu.
10. Si cree que su hijo está siendo víctima de grooming, contacte con la asociación Protégeles (www.protegeles.com). O diríjase a la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía (denuncias.pornografia.infantil@policia.es; 915 82 27 53 ) y a la Brigada de Delitos Telemáticos de la Guar¬¬dia Civil (delitostelematicos@guardiacivil.org). Esa persona puede estar aco¬sando también a otros menores.
Esto es un artículo de "El Pais" del domingo 25. Está claro que en el día a día estamos rodeados de muchísima gente sin escrúpulos, por tanto, en internet que nos conecta en el mundo con millones millones de personas, los riesgos se multiplican por infinitos.